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Capítulo 03.

—¿Quiere que lo lleve a su casa?—el castaño negó con la cabeza.

—No gracias, tomaré un taxi.

Jungkook miró la hora en el reloj de plata, ya había tardado más de dos horas, lo que su abuelo iba a anunciar ya lo había hecho. Devolvió su vista a Jimin.

—Yo lo he traído hasta aquí y me temo que es mi responsabilidad llevarlo —luego se disculparía con su abuelo por no llegar a tiempo.

Minutos más tarde, Jungkook estacionó la camioneta en la orilla de la carretera, justo en donde Jimin le dijo que se detuviera.

—¿Vive por aquí?

—No, por aquí trabajo.

Al escuchar eso Jungkook se preguntó el porqué Jimin estaba en la empresa si trabaja por estos rumbos, estaba algo lejos de las empresa. Bueno, igual no era de su incumbencia así que no dijo nada.

—Ouh, entiendo.

Jimin se quitó el cinturón de seguridad.

—Fue un gusto conocerlo, aunque no fuera en las mejores condiciones —dijo Jungkook.

El de ojos azules lo miró y asintió con una ligera sonrisa.

—Lo mismo digo —dijo y abrió la puerta con una mano.

Bajó del auto, luego se agachó un poco para quedar a la altura de la ventana y ver a Jungkook.

—Muchas gracias por todo y también por la medicina.

Antes habían hecho una parada en la primera farmacia que el director general vio en el camino y decidió comprar los analgésicos que el doctor le había dejado al ojiazul.

—Ya le dije que no tiene nada que agradecer y recuerde seguir al pie de la letra las indicaciones del doctor.

Jimin sonrió sin mostrar sus dientes.

—Así lo haré, no se preocupe.

Jungkook asintió conforme con la respuesta.

—Nos vemos.

—Adiós.

Jimin cerró la puerta, caminó unos pasos hacia adelante del auto y se detuvo, miró hacia la ventana del auto y se despidió una vez más del ojiverde con un gesto con la mano. Jungkook copió la acción y luego de unos segundos el ojiazul cruzó la calle, el pelinegro encendió el motor y puso el auto en marcha.

Antes de llegar a la puerta de la entrada a la pastelería, Jimin logró oír algunos sollozos y sabía de quien provenían. Se apresuró a entrar y ya adentro lo primero que vio fue a Taehyung tratando de calmar a Ayla, la pequeña lloraba sin parar en sus brazos.

—¡Bendito Dios! —exclamó Taehyung al ver a su amigo entrar—. Que bueno que ya estás aquí. Ya le dí leche, le cambié el pañal, la toqué para ver si tenía fiebre y no tiene. Tampoco tiene inflamado el estómago, no quiere estar acostada pero tampoco quiere estar en mis brazos. ¡No sé que es lo que pasa! —dijo claramente desesperado.

Jimin caminó hacia ellos y de inmediato tomó a su bebé en brazos mientras que Taehyung se sentó en la silla de una de las mesas, estaba totalmente agotado.

—Ya estoy aquí, amor —le habló suave y le dio un beso en su frente.

La acercó a su pecho para que pudiera apoyarse sobre él, al sentir los latidos del corazón de Jimin, la pequeña Ayla poco a poco se fue calmando. Sí, lo único que la bebé quería, desde hace mucho rato, era estar con su mami.

—Creí que sólo irías a dejar el pastel, ¿por qué tardaste tanto?

—¿Qué hora es? —preguntó ignorando la anterior pregunta de Taehyung.

El rubio sacó su teléfono de la bolsa del pantalón.

—Son poco más de las siete.

Vaya, si había tardado demasiado tiempo.

—¿Por qué no contestabas mis llamadas? —le había hecho como más de cien—. Me tenías bastante preocupado, pensé que te había pasado algo malo e incluso pensaba llamar a la policía —no era broma, en verdad casi que lo iba a hacer.

Jimin miró a Taehyung.

—Lamento haberte preocupado, Tae, mi teléfono se arruinó y no pude llamarte.

—¿Cómo que se arruinó?

El ojiazul se sentó en otra silla a la par de su amigo y prosiguió a contarle lo sucedido, después de unos minutos terminó de hacerlo.

—¿O sea que era el mismo tipo a quien le ganaste el taxi injustamente?

—Sí.

—No puede ser, que descarado fuiste.

—Sé que estuvo mal lo que hice y pensaba disculparme por lo de ayer pero al parecer él no me reconoció.

—¿Cómo estás seguro?

—De haberlo hecho seguramente me hubiera reclamado por dejarlo mojándose bajo la lluvia. Sí fuera él, yo lo haría.

—Buen punto, ¿pero entonces es muy guapo?

Jimin frunció el ceño.

—En vez de preguntarme cómo estoy o lo que me dijo el doctor, ¿me preguntas que si Jungkook está guapo? —dijo mientras Ayla iba quedándose dormida en sus brazos.

—Uuuh, con que se llama Jungkook —comentó coqueto.

El ojiazul giró los ojos.

—No empieces —suplicó—. Mejor ayúdame a cerrar la pastelería, me siento muy cansado y no quiero atender a más personas hoy.

—Pero ya está cerrada —le indicó la puerta, el cartel de abierto estaba del lado de adentro.

Jimin miró hacia la puerta, no se había dado cuenta de ese detalle cuando entró. Volvió a ver a su amigo.

—Yo no iba a estar atendiendo a la gente con Ayla llorando, lloraba como si yo la estuviera maltratando, imagina qué iban a pensar de mí.

El ojiazul rió con eso último dicho por Taehyung y negó con la cabeza divertido.

—Pero volviendo al tema, ¿si está guapo? —tenía curiosidad.

—Taehyung —lo regañó.

—No dije nada malo pero bueno. ¿Qué te dijo el doctor, estás bien?

✧✦✧

Jungkook terminó el trabajo que tenía por ese día, ya era el único que quedaba en la empresa, dejando a un lado a los de seguridad, claro está. Salió de las instalaciones y media hora más tarde ya estaba caminando por la sala de estar de su casa.

Quería disculparse con el abuelo pero ya era muy tarde y seguramente ya durmiendo. Decidió que mejor se iría a su habitación a descansar. Colocó su mano en el barandal de madera y puso un pie el primer escalón para subir las escaleras.

—No deberías trabajar tantas horas —le dijo una voz más grave y raspada—. Te vas a enfermar.

Jungkook se detuvo, miró hacia la sala y ahí estaba su abuelo, Jeon Hongseok, sentado en el sofá individual de cuero blanco, con un vaso de whisky en una mano y en la otra sostenía un libro. La luz baja amarilla de la lámpara que tenía al lado del sofá, iluminaba solo esa parte de la sala por lo cual al pasar no se percató de la presencia de su abuelo.

—Buenas noches abuelo —dijo acercándose a él.

—Buenas noches.

El señor Jeon tenía la mirada en la lectura, Jungkook se sentó en el sillón quedando de frente a su abuelo.

—Lamento no haber llegado, tuve un contratiempo —se disculpó.

—Está bien —dijo en tono suave y su nieto asintió con la cabeza.

—Dijiste que querías que todos los empleados estuvieran presentes, pero en especial yo —hizo una leve pausa—. ¿Acaso ibas a decir algo más aparte de anunciar que te retirarías pronto?

Su abuelo sólo le comentó hace muchos días que planeaba anunciar a los empleados de la empresa que en unos cuantos meses más dejaría de ser el presidente.

El señor Jeon apartó la vista de la página que leía y miró a su nieto. Sabía que Jungkook le hizo esa pregunta para saber sobre el futuro de la empresa, pero en especial sobre la presidencia de Jeon Network.

—No, solo anuncié lo de mi retiro, pero quería que tú estuvieras presente porque eres importante.

Jungkook bajó la mirada un segundo y sonrió sintiéndose un poco culpable por no haber estado ahí.

—Prometo que para la fiesta de despedida estaré ahí sin importar qué.

El abuelo soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza, llevó el vaso de vidrio a sus labios y bebió un poco del whisky.

—¿No deberías estar descansando ya? —preguntó Jungkook pero más que pregunta pareció un reclamo.

—¿Y tú no deberías estar haciendo lo mismo?

—Es verdad, si yo hago lo mismo no puedo reclamarte —Jungkook se puso de pie—. Bien, descansa y no te duermas muy tarde —se inclinó un poco hacia abajo y besó la cabeza de su abuelo.

—Hasta mañana, hijo.

Jungkook se dio la vuelta y fue directo a su habitación. Luego de una ducha nocturna se acostó sobre la cama y no tardó en quedarse dormido.

✧✦✧

Al otro día, Jungkook se despertó a la hora que era costumbre. Se salió de la cama, se cepilló los dientes, se bañó, vistió y bajó para desayunar algo. Al llegar al comedor, su abuelo ya estaba ahí sentado en la gran mesa.

Desde siempre desayunaban juntos a la misma hora porque ambos trabajaban en el mismo lugar.

Frunció el ceño.

—¿No te parece que es muy temprano para comer pastel? —inquirió mientras tomaba asiento en una de las sillas delante de la mesa.

El señor Jeon miró a su nieto, todavía no había empezado a comer del pastel que Hyunah le regaló ayer.

—En realidad es la hora perfecta para comer pastel —dijo simple y con una sonrisa.

Una de las empleadas llegó al comedor y dejó sobre la mesa el desayuno de Jungkook.

—Gracias —dijo el ojiverde, la empleada asintió y después se retiró—. Mejor dicho, ¿eso no es demasiado para ti solo?

El abuelo tenía el pastel entero delante suyo, todavía dentro de la caja especial.

—No, hasta presiento que no me alcanzará. Realmente este pastel se ve delicioso.

—¿En serio? —agarró con su mano la taza de café y observó la caja blanca.

Sin querer miró que en la parte trasera de esta venía unas letras en cursiva de color metálico que decía "Creatura Del Luna" no le prestó más atención y prosiguió a tomar un sorbo a su taza de café.

—Si quieres puedo compartirte un pedazo.

Jungkook hizo un gesto de desagrado casi instintivamente, no le gustaba el pastel. Nunca le gustó en realidad, sentía que era muy empalagoso para él.

—No gracias.

El abuelo rió, ya lo sabía, pero le gustaba el gesto de desagrado que hacía su nieto y por eso mismo le ofreció un pedazo de pastel.

—Sólo no te excedas con la azúcar —le recordó.

—Lo sé, hijo.

—Veo que sólo tienes un tenedor, ¿necesitas un plato? —iba a llamar a la empleada para que trajera uno cuando su abuelo le habló.

—No, así estoy bien

¿Para qué ensuciar los platos si la caja servía como uno?, era el pensamiento del abuelo.

—De acuerdo —dijo Jungkook.

Empezaron a desayunar, minutos más tarde acabaron y las empleadas retiraron los trates de la mesa.

—Hijo, creo que ya es momento de que aceptes la propuesta de Melissa —de la nada el abuelo sacó el tema.

Eso tomó por sorpresa a Jungkook, pero también lo hizo ponerse, un poco, de mal humor.

—Ya te dije que no quiero casarme con una desconocida.

Desde hace meses que su abuelo lo había estado presionando para que aceptara casarse con Melissa Benoist. Una chica proveniente de una familia millonaria, pero además de eso también era la directora general de On'air, una importante agencia de vuelos.

—Pero te has visto con ella antes.

—Sólo fue en dos ocasiones cuando ambos fuimos invitados a un mismo evento y la ví por unos segundos. Ni siquiera hablamos mucho. Tú y el padre de ella fueron quienes dijeron que nosotros seríamos una "linda pareja".

—¡Y lo serían! —espetó—. Melissa es una mujer inteligente y muy linda. Mira, ambos vienen de familias de alto nivel y más importantes del país, la boda los beneficiaría a ambas familias, de muchas maneras debí decir.

—No importa que beneficios traería, no quiero casarme —dijo, muy seguro de sus palabras.

—Bien, bien, está bien, ya no insistiré.

—Gracias.

—Pero si no quieres casarte con Melissa conseguiré a otra candidata que te agrade y sea tu tipo.

—No, no más citas a ciegas. Y por favor no insistas más, no voy a casarme con alguien que no conozco.

—Pues entonces busca a una chica o chico que si te agrade.

—No tengo tiempo para buscar una pareja.

—¿Ya ves? Déjame encontrar a la persona indicada para ti.

Jungkook se puso de pie, para no tener que seguir hablando del mismo tema.

—Te veo en la empresa, abuelo —se despidió antes de salir del comedor.

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